Las nueces son una fuente rica en sustancias saludables, incluyendo los ácidos grasos omega 3, que se encuentran también en alimentos más caros como el salmón; los tocoferoles gamma, una forma de vitamina E; los polifenoles y los antioxidantes.
Según explica Paul Davis, director de la investigación, «las nueces deben formar parte de una dieta saludable para la próstata, una dieta equilibrada que incluya muchas frutas y vegetales«. De hecho, los estudios señalan que los tomates y el zumo de pomelo también reducen el riesgo de sufrir cáncer de próstata.
Los científicos mostraron recientemente que las nueces podían combatir la enfermedad cardiaca al reducir los niveles de endotelina, una sustancia que aumenta la inflamación de los vasos sanguíneos. Este efecto se añadía al de la reducción de los niveles en sangre de colesterol ‘malo’, colesterol de lipoproteínas de baja densidad o LDL. Dado que las personas con cáncer de próstata tienen niveles elevados de endotelina, los científicos decidieron probar si el consumo de nueces podría ser beneficioso en el cáncer de próstata.
Davis y su equipo alimentaron a ratones de laboratorio, programados genéticamente para desarrollar cáncer de próstata, con el equivalente a 14 nueces peladas diarias durante dos meses. Un grupo control de ratones siguió la misma dieta pero con aceite de soja. Los ratones alimentados con las nueces desarrollaron cánceres de próstata que eran un 50 por ciento más pequeños que los de los ratones control. Estos cánceres también crecieron un 30 por ciento más lentos.
Por si esto fuera poco, análisis genéticos mostraron que las nueces también tenían grandes efectos beneficioso sobre los genes que participaban en el control del crecimiento tumoral.
