Constituye una referencia obligada el trabajo de Stamey de finales de los 60, publicado en 1972 para aclarar los motivos que han guiado a los urólogos para determinar la patogenia de la prostatitis crónica, desde la más que razonable sospecha de que no todas tenían un fundamento etiológico bacteriano. De este modo, el objetivo inicial del investigador fue comprobar en cuantos pacientes existían argumentos y evidencias de un proceso infectivo y en cuántos de ellos, en ausencia de infección demostrable, existía un proceso inflamatorio, revelado por alteraciones reconocibles en la secreción prostática, tras un masaje intenso, que permitía la identificación, al microscopio, especialmente el microscopio de contraste de fases, de un mayor número de leucocitos que en individuos normales. Las cuestiones que se debatían pueden resumirse en estas dos preguntas: ¿son todas las prostatitis crónicas infecciosas o motivadas por un proceso inflamatorio de otra naturaleza?; ¿es el dolor pélvico acompañante, y a veces el más relevante síntoma de estos procesos, de origen prostático?.
A la primera pregunta intentaron contestar Stamey y Meares mediante el contaje diferenciado de bacterias y leucocitos en muestras secuenciales, cada una de ellas representativa de una zona de la vía urinaria inferior, del siguiente modo: las muestras iniciales (denominadas M1 y M2) corresponden a unos centímetros cúbicos de orina obtenidos en la fase inicial de la micción; la muestra siguiente (M3) representa la secreción obtenida después de un intenso masaje prostático; la siguiente muestra (M4) se obtiene de la micción que se realiza después del masaje. El resultado de estos estudios diferenciados de muestras secuenciales, se basaba, más que en valores absolutos de recuentos bacterianos o de leucocitos, en las diferencias cuantitativas observadas en las diferentes muestras, asumiéndose que un número mayor de bacterias o leucocitos en las últimas nuestras orientaban hacia un proceso infeccioso, simplemente inflamatorio, o ausencia de cualquier inflamación.
Si la EPS o la fracción postmasaje (M3) se cultiva porque se hayan evidenciado LPMN en el microscopio y no crecen gérmenes, estos casos son catalogados como prostatitis abacteriana.
En una categoría adicional son catalogados los pacientes –un gran porcentaje– que se presentan aquejando los mismos síntomas, ausencia de LPMN en el examen en fresco al microscopio de la EPS, negatividad de los cultivos y ello en repetidas investigaciones: prostatodinia.
Observaciones: El cultivo de esperma por sí solo, si es positivo, indica presencia bacteriana, pero no el diagnóstico definitivo de prostatitis crónica.
Lecturas recomendadas:
El tipo de prostatitis más frecuente
La prostatitis con bacterias
Cuando la prostatitis da fiebre
Test de síntomas prostáticos
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Urología Peruana: Dr. Luis Susaníbar
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