La pérdida del cabello es un problema para muchos varones. La alopecía, término con el cual se le conoce, ha sido motivo de diferentes tipos de tratamientos a través del tiempo, todos ellos orientados a evitar las consecuencias estéticas de este mal, y todos ellos sin conseguir el efecto deseado.
Líneas más abajo desarrollamos este interesante tema y les dejamos un testimonio de uno de nuestros pacientes
Al tratar los urólogos, con varones de todas las edades, tenemos la ventaja de tener una población excelente para el análisis de las diversas entidades nosológicas, entre las cuales se encuentra la pérdida del cabello.
La Alopecia o pérdida del cabello es un síntoma común que afecta tanto a varones como a mujeres de manera, pudiendo comenzar desde la adolescencia, aumentando los signos progresivamente con el transcurso de la edad. Muchas son las causas de la calvicie pero en un 95% de los casos, la calvicie es del tipo alopecia androgenética, un trastorno autoimunitario, comunmente hereditario.
En folículos sensibles el exceso de DHT hacen que el folículo se achuique por lo que la fase de crecimiento del cabello se acorta y el pelo no es capaz de madurar. Con el tiempo el cabello se adelagaza por lo que el volumen se reduce, generando un vello frágil, corto y deteriorado.
Actualmente venimos tratando la caída del cabello con la terapia de bioestimulación capilar mediante el uso de la tecnología del Palsma Rico en Plaquetas, un método seguro y eficaz, en el cual luego de 30 minutos, Usted podrá mejorar su apariencia.
El plasma rico en plaquetas se obtiene de las plaquetas, componentes fundamentales de la sangre.
Es un procedimiento completamente seguro, ya que el PRP y los factores de crecimiento utilizados son autólogos, es decir se extraen de la sangre del mismo paciente para posteriormente aplicar una parte de ella (el PRP) . Los factores de crecimiento son específicos para los tejidos de cada individuo, lo que hace de este sistema un tratamiento personalizado, evitando el riesgo de infecciones o reacciones alérgicas, y lo mejor de todo es que no tiene contra-indicaciones.
Las plaquetas (de donde se obtiene el PRP) se originan a nivel de la médula ósea, a partir de una célula madre o megacarioblasto, que requiere aproximadamente cinco días para diferenciarse. Las plaquetas o trombocitos, de 2,5 a 3 micras de diámetro, irregulares, sin núcleo ni otros orgánulos, poseen varias aberturas semejantes a los poros de una esponja, los cuales son conductos membranosos que se prolongan hacia el interior de la célula. De vida media de entre 7 y 10 días, su valor normal en sangre periférica se encuentra entre 150000-400000/mm3. Una vez liberadas, pueden encontrarse dos terceras partes circulantes y el tercio restante queda secuestrado en el bazo. Después de una lesión se producen cambios que transforman su forma y bioquímica, activándolas. Además de la vigilancia de la continuidad de los vasos sanguíneos y la formación de los tapones hemostáticos primario y secundario, las plaquetas participan en la reparación del tejido lesionado.
Los factores de crecimiento plaquetario (FCP) son pequeños fragmentos proteicos, biológicamente activos, que pertenecen al grupo de las citoquinas. Algunos pueden actuar como «agentes señalizadores» o como factores de transformación (transformational growth factor TGF). Los FCP son mediadores biológicos que regulan los procesos de la regeneración / reparación tisular: Quimiotaxis, mitosis, angiogénesis, proliferación, diferenciación y modulación celular, síntesis de MEC y la comunicación intercelular. Múltiples células (plaquetas, fibroblastos, osteoblastos) y tejidos (riñón, glándulas salivales y glándulas lagrimales) pueden producir y almacenar estos factores. Las plaquetas transportan los principales FC en los llamados gránulos alfa y proteínas útiles en la regeneración y reparación tisular, algunas procedentes de su célula precursora (megacariocito) y otras plasmáticas, capturadas por endocitosis en el torrente circulatorio.
El pionero del uso de PRP fue el Dr. Eduardo Anitúa, aplicado en cirugía oral con el fin de regenerar tejido óseo alrededor de los implantes dentales, reducir su tiempo de consolidación o tras una extracción dentaria para una cicatrización más rápida y predecible. Poco después su aplicación transcendió a distintas áreas de la medicina, que abarcan la traumatología (artroplastias, prótesis e implantes, injertos óseos, infiltraciones articulares y regeneración condroarticular), la cirugía vascular (prótesis e injertos vasculares, tratamiento de úlceras venosas y arteriales crónicas), la neurocirugía (hipofisectomía transesfenoidal, craneotomías y reparación de la duramadre), la oftalmología (reparación de heridas, úlceras y abrasiones corneales, preparación de gotas de uso oftálmico en el síndrome de Sjögren) y la regeneración de dermis y epidermis en pacientes quemados. En medicina y cirugía estética se usa para bioestimulación cutánea, tratamiento antiaging, tratamiento postpeeling, injertos de piel, mamoplastia, rinoplastia, lifting de cara y cuello, cicatrización de heridas difíciles, reconstrucción nerviosa, lipoescultura, autoinjerto adiposo, implante capilar, flacidez y celulitis.
¿Cómo se realiza el tratamiento del cabello con PRP?
¿Cuantas sesiones de PRP son necesarias?
Testimonio a la 5 sesión







