A la pérdida de orina se le conoce como incontinencia urinaria, y es un problema frecuente y que a menudo es motive vergüenza para quien la padece. La intensidad abarca desde perder orina ocasionalmente cuando toses o estornudas hasta tener una necesidad de orinar tan repentina y fuerte que no llegas al baño a tiempo.
Ocurre con más frecuencia en las personas mayores, sin embargo no debe tomarse como una consecuencia inevitable del envejecimiento. Perder orina al inicio es tolerable por muchas personas, pero puede tornarse tan incómodo que a veces afecte sus actividades diarias y es ahí cuando la persona usualmente busca al médico Para la mayoría de las personas, los cambios simples en el estilo de vida y la dieta o la atención médica pueden tratar los síntomas de la incontinencia urinaria efectivamente.

Tipos de incontinencia
Existen distintos tipos de incontinencia, que pueden incluso suceder a la vez, Mayo Clinic nos lo ilustra así:
- Incontinencia de esfuerzo. La orina se escapa cuando ejerces presión sobre la vejiga al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado.
- Incontinencia urinaria por urgencia. Tienes una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es posible que tengas que orinar con frecuencia, incluso durante toda la noche. La incontinencia urinaria por urgencia puede deberse a una afección menor, como una infección, o a un trastorno más grave, como un trastorno neurológico o diabetes.
- Incontinencia por rebosamiento. Experimentas goteo de orina frecuente o constante debido a que la vejiga no se vacía por completo.
- Incontinencia funcional. Una discapacidad física o mental te impide llegar al baño a tiempo. Por ejemplo, si tienes artritis grave, es posible que no puedas desabotonarte el pantalón lo suficientemente rápido.
- Incontinencia urinaria mixta. Experimentas más de un tipo de incontinencia urinaria; la mayoría de las veces, esto se refiere a la combinación de incontinencia de esfuerzo e incontinencia urinaria por urgencia.
Causas
Las causas médicamente se le denominan etiología. En un paciente individual, la incontinencia urinaria puede tener múltiples etiologías, con diversos grados de contribución al trastorno general. Pueden contribuir los trastornos infecciosos, estructurales, tumorales (cáncer) y funcionales que afectan a la vejiga, la uretra, los uréteres y el tejido conjuntivo circundante.Además, un trastorno de la médula espinal o del sistema nervioso central (SNC) puede ser el principal factor etiológico en algunos casos. Las comorbilidades médicas también pueden ser importantes, a la cabeza la diabetes y la hipertensión. Finalmente, algunos casos de incontinencia urinaria pueden ser inducidos farmacológicamente.
La causa más común de incontinencia de esfuerzo en mujeres es la hiperlaxitud uretral secundaria a un soporte pélvico anatómico deficiente. Las mujeres pueden perder este soporte pélvico con la pérdida de estrógeno posmenopáusica, el parto, la cirugía o ciertas enfermedades que afectan la resistencia del tejido, ello muchas veces conocido como prolapsos (son 6 tipos de prolapsos). Una causa menos frecuente de incontinencia de esfuerzo es la deficiencia intrínseca del esfínter, que puede deberse al proceso de envejecimiento, trauma pélvico, cirugía (p. ej., histerectomía, uretropexia, cabestrillo pubovaginal) o disfunción neurológica.
La causa más común de deficiencia intrínseca del esfínter en hombres es la prostatectomía radical por cáncer de próstata o la resección transuretral de la próstata por hiperplasia prostática benigna.
Los factores que contribuyen a la incontinencia urinaria relacionada con el envejecimiento incluyen un debilitamiento del tejido conectivo, atrofia genitourinaria debido al hipoestrogenismo, mayor incidencia de trastornos médicos contribuyentes, aumento de la diuresis nocturna y deficiencias en la movilidad y el funcionamiento cognitivo. La deficiencia de vitamina D se ha identificado como un factor de riesgo de incontinencia urinaria en adultos mayores.
¿Cuantas personas la padecen?
NO se sabe..! La prevalencia precisa de la incontinencia urinaria es difícil de estimar. Parte de la dificultad ha sido definir el grado, la cantidad y la frecuencia de la pérdida de orina necesaria para calificar como patológica, con definiciones variables entre los estudios.
La prevalencia de incontinencia urinaria reportada en la literatura es variada.
Además, la incontinencia urinaria está subdiagnosticada y subnotificada. Se estima que entre el 50 y el 70 % de las mujeres con incontinencia urinaria no buscan evaluación ni tratamiento médico debido al estigma social. Solo el 5% de las personas con incontinencia en la comunidad y el 2% en hogares de ancianos reciben evaluación y tratamiento médico adecuados.
Las personas con incontinencia a menudo viven con esta afección durante 5 a 10 años antes de buscar tratamiento médico.
Dr. Luis Susaníbar
¿Quienes tienen mas riesgo?
La edad es el factor de riesgo más importante para la incontinencia urinaria, aunque a cualquier edad, la incontinencia urinaria es más de 2 veces más común en mujeres que en hombres. La incontinencia urinaria afecta hasta al 7 % de los niños mayores de 5 años, al 10-35 % de los adultos y al 50-84 % de las personas mayores en centros de atención a largo plazo. La incontinencia urinaria de esfuerzo tiende a ser más común en mujeres menores de 65 años, mientras que la incontinencia urinaria de urgencia y la incontinencia urinaria mixta son más comunes en mujeres mayores de 65 años. La incontinencia de esfuerzo afecta al 15-60% de las mujeres, tanto jóvenes como mayores. Más del 25% de los atletas universitarios jóvenes nulíparas experimentan incontinencia de esfuerzo cuando participan en deportes.
Existen muchos factores que pueden aumentar los riesgos de incontinencia, entre ellos:
- Sexo. Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir incontinencia de esfuerzo. El embarazo, el parto, la menopausia y la anatomía femenina normal dan cuentas de esta diferencia. No obstante, los hombres con problemas en la glándula prostática tienen un riesgo mayor de sufrir incontinencia urinaria por urgencia y por rebosamiento.
- Edad. A medida que envejeces, los músculos de la vejiga y la uretra pierden fuerza. Los cambios que sobrevienen con la edad reducen la cantidad que la vejiga puede retener y aumentan la posibilidad de liberar orina involuntariamente.
- Sobrepeso. El exceso de peso aumenta la presión sobre la vejiga y los músculos circundantes, lo que los debilita y permite que pierdas orina cuando toses o estornudas.
- Tabaquismo. El tabaco puede aumentar el riesgo de padecer incontinencia urinaria.
- Antecedentes familiares. Si un familiar cercano tiene incontinencia urinaria, especialmente incontinencia urinaria por urgencia, tu riesgo de desarrollar la afección es mayor.
- Algunas enfermedades. Las enfermedades neurológicas o la diabetes pueden aumentar el riesgo de incontinencia. El estreñimiento y los problemas del piso pélvico también.
- Antecedentes quirúrgicos. Intervenciones urológicas, ginecológicas y del abdomen pueden producirla.
¿Cómo hacer el diagnóstico?
- Se debe primero definir el tipo de incontinencia, usualmente se hace clínicamente.
- Luego determinar la cantidad de pérdidas, definiéndola en leve, moderada o severa.
- Nosotros recomendamos aplicar cuestionarios de incontinencia, diarios miccionales y defecatorios para la evaluación.
- Descartar infecciones con cultivos y pruebas específicas
- Determinar problemas funcionales con flujometría y urodinamia.
- Evaluar la anatomía clínicamente y con exámenes como ecografía y tomografía.
- Valorar disfunciones del piso pélvico
- La cistoscopia es fundamental en la mayoría de casos
- Evaluar afectación psicológica
- Puede ser necesaria la participación de otras disciplinas y profesionales
¿Cómo se trata la incontinencia?
El tratamiento depende del tipo de incontinencia.
La modificación de estilos de vida, fisioterapia, psicoterapia y uroterapia; usualmente son de utilidad en cualquier tipo de incontinencia.
- Los enfoques habituales son los siguientes:
- Incontinencia de esfuerzo: cirugía, fisioterapia del suelo pélvico, dispositivos contra la incontinencia y medicación
- Incontinencia de urgencia: cambios en la dieta, modificación del comportamiento, ejercicios del piso pélvico y/o medicamentos y nuevas formas de intervención quirúrgica
- Incontinencia mixta – Anticolinérgicos y cirugía
- Incontinencia por rebosamiento – Régimen de cateterismo o derivación
- Incontinencia funcional – Tratamiento de la causa subyacente.
Por más mínima que sea la pérdida es conveniente procurar la opinión del especialista en urología. Una buena evaluación es fundamental para resolver el problema y evitar complicaciones a mediano y largo plazo
dr. luis susanibar