
Todo bien la prostatitis es una enfermedad crónica, ¿y mientras tanto qué?
Todos sabemos que tanto el dolor pélvico crónico como la prostatitis bacteriana son condiciones de salud de largo aliento; y suponemos que para llegar a un diagnóstico adecuado muchas veces el esfuerzo del paciente y la acuciosidad del médico ameritan tiempo.
La estrategia terapéutica implica el manejo interdisciplinario, pasando no solamente por tratamientos de los síntomas urinarios, sino también del dolor pélvico y de las consecuencias de ambos: la ansiedad y el estrés que producen las enfermedades crónicas en los pacientes.
Sin embargo mientras llegamos a un diagnóstico certero y establecemos una línea de tratamiento, que puede durar de semanas a meses, el paciente debe recibir alivio del malestar, para ello existe una estrategia definida en la literatura médica; la cual depende del patrón fenotípico que presente el paciente al momento del diagnóstico.
Por ejemplo si el paciente presenta síntomas urinarios irritativos usualmente se indicarán medicamentos conocidos como anticolinérgicos, por otro lado si los síntomas son a predominio obstructivo los alfa bloqueadores serán los medicamentos elección.
Ya para el dolor los relajantes musculares son muchas veces las medicinas de elección, recurriéndose en ocasiones a corticoides por cortos tiempos. Siempre será necesario el Consejo del neurólogo en casos moderados y severos.
El manejo inicial de la ansiedad y el estrés recaen sobre el especialista en psicología, quien deberá definir si el paciente va a permanecer solamente en terapia psicológica o va a necesitar el apoyo de psicofármacos.
No debemos dejar de lado la presencia o ausencia de infección, en la que será necesaria la administración de un antibiótico.
Recuerda el principal problema en la prostatitis es el adecuado diagnóstico, sin ello el tratamiento usualmente no aliviará tus síntomas.