
¿Como se diagnostica el crecimiento prostático?
Existen varias maneras de enfocar esta pregunta, sin embargo lo que pareciera ser más importante para el paciente es responder a dos inquietudes: cuán grande es la próstata y si la glándula tiene chances de ser un cáncer.
¿Cómo enfocar el diagnóstico?
En primer lugar el paciente se pregunta cuán grande es su próstata y para responder esta interrogante dos exámenes son fundamentales. Por un lado debemos realizar el tacto rectal el cual nos dará una idea aproximada del volumen glandular, y por otro lado hacer una ecografía prostática abdominal, la que nos va a confirmar dicho volumen. Recordemos que el tacto rectal es bastante subjetivo y la evaluación de ecografía es operador dependiente, con un rango de variación de +/-20% sobre el resultado final, es decir por ejemplo si encontramos una próstata de 50 cm³ en la ecografía, los rangos de valor volumétrico de dicha próstata irían entre 40 y 60 cm³.
En segundo lugar el médico usualmente se preguntará qué síntomas produce ese crecimiento prostático; y si son leves, moderados o severos. Para ello el galeno en la entrevista realizará una serie de preguntas que catalogue la severidad de los síntomas con bastante utilidad. Sin embargo existe una manera objetiva de catalogar dichos síntomas: los cuestionarios de síntomas prostáticos. Aplicando estos tests es factible darle un valor numérico a los síntomas mediante una serie de preguntas cada una de las cuales tiene un puntaje. La suma final de dichos puntaje de síntomas nos dirá cuán leve o severa es la enfermedad.
Por otro lado debemos plantearnos si el crecimiento prostático trae como consecuencia el normal funcionamiento de otros órganos y sistemas. La próstata al crecer, por ejemplo, puede favorecer la aparición de infecciones de orina, agravar la hipertensión y producir insuficiencia renal (esta última debida a la obstrucción). La toma de la presión arterial, los cultivos de orina y las pruebas de funcionamiento renal como el rodaje de urea, creatinina y depuración de creatinina; nos dirán la afección de estos órganos.
Por último nos debemos preguntar si el crecimiento tiene o no relación con un cáncer, y aquí son útiles el tacto rectal (nuevamente) y la prueba del antígeno prostático específico (PSA). El tacto nos provee información del volumen, forma y consistencia de la próstata, pudiendo en manos bien entrenadas, hacernos sospechar de la presencia de un cáncer. Ya el valor del PSA superior a 4 nos pondría también frente a una sospecha tumoral. Tanto el tacto rectal como el PSA deben ser realizados en las evaluaciones periódicas de la próstata y su interpretación es campo específico del urólogo.
Recuerde que los chequeos de diagnóstico precoz de cáncer de próstata deben hacerse a partir de los 50 años, a no ser que usted sea afrodescendiente o tenga un familiar directo en primer grado (padre o hermano) con cáncer de próstata; en cuyo caso deberá realizar el descarte del cáncer de próstata a partir de los 45 años.
Dr. Luis Susaníbar