
Los afrodisíacos son alimentos o sustancias que se cree que aumentan el deseo, la excitación, el rendimiento o el placer sexual de una persona. El nombre se deriva de Afrodita, que era la diosa griega del amor y la belleza.
¿Cuál es la historia de los afrodisíacos?
La gente ha creído durante mucho tiempo que ciertas sustancias pueden aumentar el deseo y mejorar las experiencias sexuales, desde civilizaciones antiguas como la china, la india, la egipcia, la romana y la griega. Tradicionalmente, la gente usaba plantas, hierbas, especias, suplementos naturales y productos animales como afrodisíacos. Más recientemente, las sustancias sintéticas como la MDMA (éxtasis) y las metanfetaminas se han clasificado como afrodisíacos no naturales. Sin embargo, la mayoría de los proveedores de atención médica y especialistas en medicina sexual están más interesados en saber qué tan bien funcionan las sustancias naturales como afrodisíacos, ya que estas sustancias sintéticas tienen efectos secundarios nocivos conocidos.
¿Qué alimentos o sustancias se consideran afrodisíacos?
Los siguientes son algunos de los alimentos, hierbas, bebidas y sustancias más comunes que muchos consideran afrodisíacos. (Tenga en cuenta que los expertos han debatido los beneficios de estas sustancias en la función sexual, pero podría decirse que los elementos incluidos aquí tienen algún tipo de efecto positivo. Se necesita más investigación para determinar si/cómo ocurre el efecto y en qué medida ocurre).
- Miel.
- ostras
- Chocolate negro
- Alcohol (mientras que cantidades moderadas de alcohol pueden aumentar el deseo sexual, el consumo excesivo de alcohol se asocia con disfunción sexual).
- Marijuana
- Fenogreco
- Ginkgo biloba
- Ginseng
- Hierba de cabra en celo
- maca.
¿Funcionan los afrodisíacos?
No todos los afrodisíacos tienen evidencia científica que respalde su efectividad para mejorar la respuesta sexual de un individuo. Sin embargo, ciertos componentes de las sustancias naturales mencionadas anteriormente pueden apoyar la producción de hormonas sexuales, mejorar el flujo sanguíneo o activar vías neuronales que apoyan la sexualidad de una persona.
Por ejemplo, las ostras tienen un alto contenido de zinc, que es un nutriente esencial para la producción de testosterona. Ginkgo biloba abre los vasos sanguíneos y mejora la circulación sanguínea, lo que puede ser útil para el funcionamiento sexual. Se ha demostrado que la alholva aumenta los niveles de estradiol y testosterona en mujeres posmenopáusicas, lo que a su vez mejora la excitación, la lubricación y la satisfacción sexual.
Curiosamente, una de las mayores ventajas de los afrodisíacos puede ser el efecto que tienen sobre el estado psicológico. Si bien algunos pueden argumentar que los afrodisíacos son muy susceptibles al efecto placebo, es cierto que cuando las personas se sienten más tranquilas, relajadas y seguras sobre su sexualidad, es probable que se desempeñen mejor y disfruten más de la experiencia. Por otro lado, existen algunas sustancias que se han promocionado como afrodisíacos que pueden tener consecuencias nocivas (o incluso letales). En particular, los autores de una revisión exhaustiva de la literatura científica sobre afrodisíacos naturales informaron que se deben evitar la yohimbina, la mosca española, la miel loca y el sapo Bufo. En general, la mayoría de los afrodisíacos naturales son probablemente opciones de bajo riesgo que pueden apoyar moderadamente el deseo sexual de una persona o mejorar su experiencia sexual. Aún así, uno debe tener cuidado con cualquier producto o sustancia que se promueva con afirmaciones grandiosas de mejorar drásticamente la función sexual de una persona. Cuando este es el caso, es una buena idea investigar el producto y evaluar la evidencia antes de comprarlo.
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Referencia del original: issm. https://bit.ly/3AH9kBj