
Las disfunciones sexuales del varón: disminución del deseo, eyaculación precoz y disfunción erectil, pueden ser causadas por una variedad de problemas psicológicos y biológicos. La medicina sexual del varón con respecto a los factores biológicos, se ha centrado en cuestiones hormonales, neurológicas y/o vasculares; no existiendo mucha investigación sobre el efecto de los trastornos del suelo pélvico en las disfunciones sexuales masculinas.
Por el contrario, en el caso de las mujeres existe una gran cantidad de estudios que han relacionado los trastornos del suelo pélvico con las disfunciones sexuales femeninas. De hecho, la terapia del piso pélvico es una de las varias estrategias de medicina sexual sugeridas para manejar con éxito las disfunciones sexuales femeninas.
Tanto para el varón como la mujer, su vida sexual es importante para una vida sana.
Hemos comentado con antelación que los distintos tipos de disfunciones sexuales del varón aumentan en frecuencia e intensidad a medida que pasan los años., y los tratamientos estandarizados están orientados a mejorar el impacto psicológico de la enfermedad y tratar las causa de ronzo orgánicas; ninguno de estos tratamientos usualmente contemplan a la fisioterapia como herramienta terapéutica; un gran error pues la fisioterapia del piso pélvico representa una intervención conservadora, modificable, no invasiva, no farmacológica y no quirúrgica en el tratamiento de las disfunciones sexuales.
Conocer la anatomía es fundamental.
Los músculos
El piso pélvico está compuesto por una serie de músculos, fascias, ligamentos, huesos, nervios y un suministro vascular adecuado; con una dinámicas compleja; cuyo adecuado funcionamiento es crucial para las funciones urinaria, intestinal y sexual, tanto en el varón como en la mujer.

Los músculos del piso pélvico en el varón están distribuidos en tres capas, y un mpusculo accesorio:
- Capa superficial. Compuesta por los músculos bulboesponjoso, isquiocavernoso, los perineales transversos superficiales y el esfínter anal externo. Son los músculos que utilizamos en la micción y eyaculación, pero también ayudan en le comlejo mecanismo de la continencia urinaria; evitan que la orina se pierda. Estos músculos son fundamentales en la rigidez del pene durante la erección.
- Capa media. Conocida también como segunda capa, esta compuesta por los músculos perineales transversos profundos, el esfínter de la uretra y el compresor de la uretra; es el «diafragma urogenital» de algunos autores. Sirve de apoyo en la continencia cuando aumenta la presión intraabdominal y dan estabilidad al movimiento por su conección co las aticulaciones lumbares. Es considerado un falso diafragma.
- Tercera capa. También conocida como «diafragma pelvico» está compuesta en el varón por los músculos pubococcígeo (que está compuesto por el pubouretral y el puborrectal en el hombre), el iliococcígeo y el isquiococcígeo. Está dispuesta desde la cara dorsal de la sínfisis del pubis hasta el cóccix, y desde la superficie interior de un ilion hasta el otro. El pubococcógeo y el ileococcígeo en conjunto se les conoce como elevador del ano, por desempeñar esa función. Esta capa junto a la fascia peritoneal son responsables de sostener los órganos pélvicos.
- El obturador interno es un accesorio del piso pélvico, un rotador externo profundo de la cadera y si bien no forma parte del piso pélvico, está relacinado con ellos tanto anatómica y copmo funcionalmente. Este músculo es muy importante porque no solamente apoya como sustento anatómico al piso pélvico sino que también rodea el nervio pudendo formando el denominado canal de Alcock, y como hemos comentado en otras publicaciones, la contractura miofascial del mismo afectan al varón produciendo dibersas paotlogías del pudendo, dolor pélvico crónico y alteraciones en el desempeño sexual masculino.
Qué nervios..!
Los músculos del piso pélvico están inervados por los tres tipos de fibras nerviosas: simpáticas, parasimpáticas y somáticas, ellas llevan la información para la erección, la emisión, la eyaculación, y la continencia urinaria y fecal. Sin un buen funcionamiento de los mismos, todas las funciones antes menciuonadas van a vers afectadas.
El piso pélvico y su implcicancia en la disfuncion eréctil.
La función eréctil normal incluye la capacidad de obtener una erección lo suficientemente rígida para la penetración vaginal y mantenerla el tiempo suficiente para completar una relación sexual satisfactoria. La erección del pene requiere la presencia de un sistema hidráulico presurizado y cerrado dentro de los cuerpos cavernosos.
La disfunción eréctil consiste en la incapacidad constante para obtener y/o mantener ese sistema cerrado. Las estimaciones de la prevalencia de la disfunción eréctil oscilan entre el 9 % y el 40 % de los hombres a los 40 años y, en general, aumentan un 10 % en cada década de vida a partir de entonces.
La contracción del isquicavernoso y bulboesponjoso aumentan la rigidez máxima de sendos cuerpos, cavernosos y esponjoso.
Dr. Luis Susaníbar
El músculo isquiocavernoso participa activamente en el proceso de la rigidez del pene, al contraerse comprime las raíces de los cuerpos cavernosos e induce presiones intracavernosas suprasistólicas a corto plazo; es un gatillo de la erección.
El músculo bulboesponjoso ingurgita el glande y del cuerpo esponjoso, y produce aumentos similares a corto plazo en las presiones intraesponjosas.
El grado de contracción y coordinación de ambos músculos pueden mejorar la dureza de la erección en pacientes con disfunción eréctil, segun nuestra experiencia casos de disfunciones leves y moderadas debidas a una disfunción venooclusiva responden bien a terapia de piso pélvico.
Lic. Isabel Ramírez. Urofisioterapeuta.
Sin embargo una hiperactividad de estos músculos podría ser contraproducente, pues el espasmo de los músculos del piso pélvico produciría compresión extrínseca que disminuye la luz de la arteria pudenda interna y, por lo tanto, limita el flujo de entrada; menos sangre, menos erección.
Una de las posibles causas de disfunción eréctil en varones aparentemente sanos, es la contracción anormal de la musculatura del piso pélvico, en nuestras obervaciones los pacientes con Síndrome de Dolor Pélvico Crónico tienen mayor prevalencia de impotencia sexual; y luego de recibir tratamiento y «ablandar» los músculos, el paciente mejora sus erecciones.
Dr. Fernando Susaníbar
Problemas eyaculatorios
La eyaculación es el resultante de la contractura muscular coordinada y simultánea, algunos se contraen mientras otros se relajan; lo que se busca es aumentar la presión dentro de la uretra y expulsar el semen hacia la zona de menor presión: la uretra. Existe conracción de los músculos lisos de la próstata, del cuello de la vejiga y; la relajación de los músculos lisos del esfínter uretral. Sucede lo descrito por Shafik «contracciones rítmicas durante la eyaculación pueden actuar como una «bomba de succión-eyección», succionando el líquido seminal hacia la uretra posterior mientras está relajado durante la emisión y expulsándolo hacia la uretra bulbosa al contraerse durante la eyaculación.»
Aquí cumple un rol fundamental el músculo bulboesponjoso, el cual al contraerse va a aumentar la presión periuretral, llevando el semen desde la parte posterior hasta la parte anterior de la uretra; además las contracciones rítmicas de este músculo se reflejan en el glande aumentando el placer y fomentando el orgasmo.
La eyaculación precoz es la disfunción sexual masculina más común y se consiera presente cuando el varón «termina» antes del minuto de penetración. El papel del piso pélvico como terapia en eyaculación precoz recien se estpa investigando. Existe evidencia de que la terapia del suelo pélvico mejora el control sobre el retraso de la eyaculación y permite aumentos significativos en los tiempos de latencia de la eyaculación intravaginal.
Prostatitis crónica si bacterias, el dolor pélvico crónico del vaón.
La prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico se caracteriza por dolor en la pelvis, el abdomen o los genitales; asociada a síntomas del tracto urinario inferior de naturaleza obstructiva o irritativa. Es una inflamación en la cual no hay evidencia de infección recurrente del tracto urinario, y para ser catalogada como tal, siempre, debe tener síntomas urinarios. La clasificación de los tipos de porstatitis es muy antigua, proviene desde el año 1999 de la NIH (Instituto Nacional de Salud) y hasta la fecha no se ha modificado. La forma crónica abacteriana es la más frecuente, y usualmente no mejora con tratamientos antibióticos ni anti prostáticos.
En esta patología es común encontrar en la gran mayoría de pacientes un disturbio eyaculatorio frecuente: incomodidad o el dolor durante o inmediatamente después de la eyaculación o después de la eyaculación. A este molesto síntoma se asocian en el tiempo la disfunción eréctil y los trastornos de la eyaculación/orgasmo.
El enfoque fenotípico en pacientes con prostatitis crónica y dolor pélvico crónico es fundamental, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento; pues permite objetivar mejor la sintomatología y mejorar la comprensión de la enfermedad por el paciente. Gracias a esta valoración es que se considera actualmente el fenotipo neuromuscular dentro del diagnóstico y tratamiento del dolor pélvico crónico en el varón, y está siendo demostrado en distintos estudios coma que un adecuado conocimiento de la musculatura del piso pélvico y de su funcionamiento como son fundamentales para la mejoría clínica de los pacientes.
En nuestro centro Urología Peruana prácticamente la totalidad de varones con dolor pélvico crónico tienen componentes mixtos de hiper e hipo actividad, tando de los músculos superficiales como profundos; y luego de algunas semanas de tratamiento, la mejoría clínica en cuanto al dolor eyaculatorio, disfunción eréctil e incluso eyaculación preoz; es muy evidente.
Dolores perineales, testiculares, escrotales, en la base del pene y en la punta del pene; han sido tratados adecuadamente con una combinación de urofisioterapia y medicación, haciendo la salvedad que los medicamentos no han sido antibióticos ni antiprostaticos.
Documento basado en «El papel de los músculos del piso pélvico en la disfunción sexual masculina y el dolor pélvico». https://doi.org/10.1016/j.sxmr.2015.10.001
Referencias
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