El priapismo es una condición médica caracterizada por una erección persistente y dolorosa del pene, que no está relacionada con la excitación sexual. Puede afectar tanto a hombres adultos como a niños, y se considera una emergencia médica que requiere atención inmediata.

El diagnóstico del priapismo se basa principalmente en la evaluación clínica y en la historia médica del paciente. El médico realizará un examen físico detallado y recopilará información sobre los síntomas y la duración de la erección. Además, pueden llevarse a cabo pruebas complementarias para determinar la causa subyacente del priapismo. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para evaluar los niveles hormonales, pruebas de imagen para detectar obstrucciones en los vasos sanguíneos o una biopsia del tejido del pene para descartar enfermedades relacionadas.
Existen dos formas principales de priapismo: el priapismo de bajo flujo (isquémico) y el priapismo de alto flujo (no isquémico).
- Priapismo de bajo flujo (isquémico): Este es el tipo más común de priapismo. Se produce cuando el flujo de sangre hacia el pene se ve obstruido y no puede salir adecuadamente. La sangre atrapada en los tejidos eréctiles del pene puede llevar a daño y necrosis. Este tipo de priapismo se considera una urgencia médica y requiere tratamiento inmediato. El enfoque inicial puede implicar técnicas de descompresión manual, como el drenaje con aguja, la aspiración o el lavado del pene. Si estas medidas no tienen éxito, se pueden utilizar medicamentos vasoconstrictores inyectados en el pene o realizar un drenaje quirúrgico para restablecer el flujo sanguíneo normal.
- Priapismo de alto flujo (no isquémico): En este caso, hay un flujo sanguíneo anormalmente alto hacia el pene sin una obstrucción significativa. Por lo general, no es doloroso y puede estar asociado con lesiones traumáticas en el área genital. En algunos casos, el priapismo de alto flujo puede resolverse espontáneamente sin tratamiento, pero si persiste, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas para corregir la anomalía en los vasos sanguíneos.
En ambos tipos de priapismo, es crucial abordar la causa subyacente para prevenir recurrencias. En ocasiones, pueden requerirse tratamientos adicionales dirigidos a la causa primaria, como la administración de medicamentos específicos, cirugía u otros procedimientos especializados.
Es importante destacar que el priapismo es una condición médica seria que debe ser evaluada y tratada por un profesional de la salud de manera urgente. La atención temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones a largo plazo, como la disfunción eréctil o el daño permanente en el tejido del pene.
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Urologia Peruana Dr. Susaníbar, Urólogos de Familia.
