La última estrategia para abordar una causa común de micción frecuente o difícil en hombres mayores consiste en inflar un globo recubierto de medicación en la próstata.

A medida que la próstata naturalmente aumenta de tamaño con la edad, puede obstruir el flujo de orina, resultando en viajes frecuentes al baño y noches interrumpidas. Se estima que el 50% de los hombres de 60 años o más sufren de hiperplasia prostática benigna (HPB). Esta cifra se eleva a más del 80% a los 70 años y al 90% a los 80 años.

Durante gran parte del siglo XX, la resección transuretral de la próstata fue el principal tratamiento quirúrgico para la HPB sintomática. Sin embargo, en tiempos más recientes, los investigadores han desarrollado diversos dispositivos de terapia quirúrgica mínimamente invasiva (MIST) para tratar la obstrucción, al tiempo que minimizan los efectos en la función sexual. Algunos dispositivos más modernos utilizan láseres o vapor de agua para eliminar el tejido prostático, mientras que otro enfoque implica el uso de implantes para desplazar y mantener el tejido prostático fuera del camino.

La novedad en este escenario son los globos recubiertos de medicación. Con el sistema de catéter Optilume BPH, los urólogos inflan un balón para separar los lóbulos de la próstata. Un segundo globo puede expandir aún más los lóbulos y administrar un medicamento, el paclitaxel, conocido como un agente de quimioterapia, para limitar el crecimiento adicional y mantener los lóbulos separados.

La FDA ya lo aprobó

En junio, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. otorgó la aprobación al Optilume BPH. Los resultados de un ensayo controlado aleatorio con este dispositivo fueron publicados en la edición de septiembre 2023 de The Journal of Urology.

El desarrollador del dispositivo, Urotronic, tiene previsto que este tratamiento esté disponible comercialmente en un futuro próximo. Actualmente, se están llevando a cabo conversaciones sobre aspectos como el costo, la cobertura del seguro y la capacitación de los urólogos para su aplicación, según indicó Ian Schorn, vicepresidente de asuntos clínicos de la compañía.

La Dra. Raevti Bole, cirujana urológica del Instituto Urológico y Renal Glickman de la Clínica Cleveland, expresó su interés en el impacto a largo plazo del Optilume BPH en los pacientes, esperando observar los resultados a 5 y 10 años después del procedimiento. Además, destacó la importancia de estudiar sus efectos en la fertilidad.

Aunque se están llevando a cabo investigaciones a largo plazo, la Dra. Bole comentó que, dadas las conclusiones de seguridad y eficacia después de 1 año de tratamiento, cree que el Optilume BPH podría convertirse en una opción ampliamente adoptada en la práctica médica. Destacó la facilidad con la que la mayoría de los urólogos podrían dominar la tecnología, junto con los beneficios adicionales de un impacto mínimo en los problemas sexuales y el tiempo relativamente breve necesario para realizar el procedimiento.

«Estos aspectos son muy positivos tanto para la aceptación por parte de los pacientes como para la viabilidad de los cirujanos en aprender y ofrecer esta tecnología en sus centros»

Dra. Bole

En cuanto al Optilume BPH, es importante destacar que, aunque comparte similitudes en nombre y tecnología con otro dispositivo de la misma marca utilizado para estenosis uretrales, existen diferencias sustanciales, según señaló Schorn.

En el ensayo clínico PINNACLE, realizado en 18 sitios en Estados Unidos y Canadá, se enrolaron 148 hombres con HPB sintomática y obstrucción del flujo urinario. Los resultados indicaron que, a los 3 meses, los hombres tratados con Optilume BPH experimentaron una mejora promedio de 11 puntos en la Puntuación Internacional de Síntomas de Próstata, manteniendo esta mejoría hasta el año. En contraste, aquellos que recibieron el tratamiento simulado vieron una mejora inicial de 8 puntos a los 3 meses, pero esta disminuyó con el tiempo.

Los urólogos observaron un aumento significativo en la tasa de flujo urinario con Optilume BPH. Aunque se identificaron cinco eventos adversos graves, estos estaban posiblemente relacionados con el dispositivo. Entre los eventos no graves, la mayoría se resolvieron en aproximadamente un mes, abarcando hematuria, infección del tracto urinario, disuria, incontinencia, espasmos de vejiga y otros, según informaron los investigadores.

En términos de efectos secundarios sexuales, la disfunción eyaculatoria fue reportada por un pequeño porcentaje de participantes en el brazo Optilume BPH, sin casos de disfunción eréctil relacionada con el tratamiento. La exposición sistémica a paclitaxel fue mínima en un subconjunto de participantes.

El tiempo promedio del procedimiento fue de 26 minutos, y la mayoría de los pacientes recibieron sedación profunda o anestesia general. Después del procedimiento, se colocó un catéter de Foley que se mantuvo durante aproximadamente 2 días, una práctica que los investigadores compararon con otras terapias de tamaño similar.

A pesar de la necesidad de un catéter temporal, los dispositivos MIST, incluido Optilume BPH, son considerados ideales para pacientes que priorizan la función sexual. No obstante, se reconoce que el catéter puede ser una fuente potencial de insatisfacción postoperatoria para algunos pacientes.

Kaplan y sus colegas, en un comentario adjunto en The Journal of Urology, destacaron que el procedimiento Optilume BPH es sencillo y puede realizarse en un entorno ambulatorio u de oficina, con el manejo del dolor a discreción del médico y del paciente. El estudio fue financiado por Urotronic, y la Dra. Bole no ha revelado ninguna relación financiera relevante.

Esperaremos con ansias los resultados a largo plazo.

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Urologia Peruana Dr. Luis Susaníbar


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