Si la gasa se adhiere a la herida durante la cicatrización tras una circuncisión, es esencial manejarla con precaución para evitar dañar el tejido en proceso de recuperación. Aquí tienes algunos pasos seguros y efectivos para abordar esta situación:

1. Humedecer la gasa: Una técnica común y segura consiste en humedecer la gasa con suero fisiológico estéril o agua tibia. Esto ayuda a aflojar la gasa suavemente, minimizando el riesgo de daño al tejido subyacente.
2. Aplicar un ungüento o vaselina: La aplicación de un ungüento antibiótico o vaselina en la zona afectada puede facilitar la remoción de la gasa al reducir la fricción y la adherencia. Además, este tipo de productos ayuda a mantener la herida ligeramente húmeda, lo cual suele favorecer una cicatrización óptima.
3. Evitar tirones: Nunca tires de la gasa con fuerza. Si la gasa no se desprende fácilmente después de humedecerla, es preferible repetir el proceso de humectación o buscar asistencia médica. Tirar de la gasa de forma brusca puede causar sangrado o lesionar el tejido en cicatrización.
4. Consideraciones adicionales: En algunos contextos médicos, se ha explorado el uso de adhesivos tisulares, como el octilcianoacrilato, para el manejo de heridas post-circuncisión, aunque su uso habitual es para prevenir adhesiones y no específicamente para despegar gasas adheridas.

Si la gasa sigue adherida después de intentar estos pasos, llámanos, así podremos retirarla de forma segura y evitar complicaciones en la cicatrización.

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Urología Peruana Dr. Luis Susaníbar.