El tratamiento de la poliuria nocturna se basa principalmente en modificaciones del estilo de vida y en la farmacoterapia, siendo la desmopresina el agente farmacológico más utilizado. Entre las intervenciones no farmacológicas, destaca la restricción de líquidos antes de dormir, una medida generalmente segura pero que puede resultar difícil de seguir para algunos pacientes.

La desmopresina es eficaz en la reducción de la producción urinaria nocturna; sin embargo, uno de sus efectos adversos más relevantes es la hiponatremia, la cual puede ser potencialmente grave si no se detecta y gestiona adecuadamente. Este desequilibrio electrolítico puede manifestarse con síntomas como cefalea, náuseas, vómitos, letargo, confusión y, en casos severos, convulsiones o coma. El riesgo de hiponatremia es especialmente elevado en adultos mayores y en pacientes con comorbilidades, por lo que se recomienda un monitoreo regular de los niveles séricos de sodio.

Además, se ha documentado que la formulación intranasal de desmopresina conlleva un mayor riesgo de hiponatremia en comparación con la formulación oral. Otros efectos adversos asociados incluyen cefalea, náuseas, retención de líquidos y, ocasionalmente, síntomas nasales como rinitis o epistaxis. Es fundamental que los pacientes reciban indicaciones claras sobre la restricción de la ingesta de líquidos durante el tratamiento con desmopresina, con el fin de minimizar el riesgo de hiponatremia.

En conclusión, si bien la desmopresina es una opción terapéutica eficaz para la poliuria nocturna, su uso debe ir acompañado de una vigilancia clínica cuidadosa, especialmente en poblaciones vulnerables, para prevenir complicaciones relacionadas con el desequilibrio hidroelectrolítico.

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Urología Peruana Dr. Luis Susaníbar