
IMPORTANTE
Antes de leer este texto debes saber que muchos pacientes consultan por “orina con espuma” y creen que siempre es signo de enfermedad. La realidad es que las causas patológicas son poco frecuentes en la población general y, la mayoría de las veces, la espuma se debe a fenómenos benignos (chorro fuerte, detergentes en el inodoro, orina concentrada
¿Qué significa tener orina espumosa?
La orina normal es clara y amarillenta; las burbujas grandes y rápidas suelen ser normales —debido a la fuerza del chorro o al agua del inodoro— pero la espuma persistente y blanca que permanece después de tirar de la cadena puede ser señal de proteinuria (presencia de proteínas en la orina)
Causas comunes de espuma en la orina
- Burbujas normales, causadas por la fuerza del flujo urinario o productos de limpieza en el inodoro.
- Deshidratación o concentración de orina, que altera su tensión superficial y favorece la espuma.
- Proteinuria —una causa relevante— puede deberse a:
- Causas benignas y transitorias: ejercicio intenso, fiebre, estrés, ortostatismo (proteinuria postural).
- Enfermedades sistémicas o renales: diabetes, hipertensión, lupus, síndrome nefrótico, nefropatías, insuficiencia renal
- Infección del tracto urinario (ITU), que cambia la composición de la orina y puede causar espuma, usualmente acompañado de síntomas adicionales como disuria o dolor lumbar ), que cambia la composición de la orina y puede causar espuma, usualmente acompañado de síntomas adicionales como disuria o dolor lumbar .
- Otras causas más raras: bilirrubinuria (orina con bilirrubina), eyaculación retrógrada (presencia de semen en orina), fístulas que introducen aire (pneumaturia), algunos fármacos como fenazopiridina, o condiciones como amiloidosis
Frecuencia y prevalencia: ¿qué tan común es?
- En una revisión de pacientes ambulatorios nuevos, el 6.3 % se quejó de orina espumosa; de estos, solo el 22 % presentaba proteinuria franca, y en un subgrupo, hasta el 31.6 % tenía microalbuminuria u overt proteinuria.
- La proteinuria en la población general varía ampliamente según estudios, desde 8 % hasta 33 % , e incluso 15–45 %.
- En población joven (<30 años), la proteinuria ortostática benigna afecta al 3–5 %. Es un hallazgo sin repercusiones graves.
- En EE.UU., se observa albuminuria persistente (con filtración glomerular normal) en alrededor del 3.3 % de adultos.
LA FAMOSA PROTEINURIA
Proteinuria: lo que significa la presencia de proteínas en la orina
En condiciones normales, los riñones funcionan como filtros muy selectivos. La orina de un adulto sano puede contener pequeñas cantidades de proteínas, con un promedio de 80 mg al día. Se considera que la excreción normal no debe superar los 150 mg diarios.
Dentro de estas proteínas, la albúmina representa alrededor del 15%. El resto (aproximadamente 85%) está formado por otras proteínas del plasma, como inmunoglobulinas, beta-2-microglobulina, además de la proteína de Tamm-Horsfall que se produce en los túbulos renales.
¿Qué significa tener proteinuria?
La proteinuria es la eliminación de proteínas en la orina en cantidades anormales. Esta puede ser transitoria, por ejemplo después de ejercicio intenso, fiebre o estrés; o puede ser persistente, lo que indica un problema de salud.
Cuando la presencia de proteínas en la orina dura tres meses o más, con o sin disminución de la función renal, se considera un criterio diagnóstico de enfermedad renal crónica.
La medición de albúmina en orina es fundamental en el cribado de enfermedad renal crónica, ya que la proteinuria no solo es un signo de daño renal, sino también un factor de riesgo independiente para enfermedades cardiovasculares, accidente cerebrovascular y mayor mortalidad.
En pacientes críticos, su presencia se asocia a un peor pronóstico. Después de un trasplante de riñón, el grado de proteinuria ayuda a predecir la supervivencia del injerto y del paciente. Además, se sabe que cuando los tratamientos logran reducir la proteinuria, los resultados renales suelen ser mejores.
Cómo se clasifica la albuminuria
La medición puede hacerse sobre la proteína total o específicamente sobre la albúmina, que es la fracción más estudiada y validada. Se utilizan dos parámetros: la cantidad excretada en 24 horas o la relación albúmina/creatinina (RAC) en una muestra aislada.
- A1 (normal o ligeramente aumentada):
- Albúmina <30 mg en 24 horas RAC <30 mg/g
- A2 (moderadamente aumentada):
- Albúmina entre 30 y 300 mg en 24 horas RAC entre 30 y 300 mg/g Asociada a mayor riesgo de progresión de enfermedad renal y de eventos cardiovasculares
- A3 (gravemente aumentada):
- Albúmina >300 mg en 24 horas RAC >300 mg/g Se relaciona con mal pronóstico renal, por lo que estos pacientes deben ser derivados a un nefrólogo
Proteinuria en distintos contextos
Proteinuria en rango nefrótico Proteínas ≥3.5 g/día Cuando se acompaña de hinchazón (edema), baja albúmina en sangre (<3 g/dL) y colesterol elevado, se denomina síndrome nefrótico
Proteinuria glomerular
Entre 1 y 20 g/día Se debe a que la barrera de filtración del glomérulo deja pasar proteínas grandes como la albúmina Proteinuria tubular Generalmente <2 g/día Ocurre cuando los túbulos renales no logran reabsorber proteínas de bajo peso molecular como la beta-2-microglobulina
Proteinuria de sobrecarga
Puede llegar a 20 g/día Se produce cuando el organismo fabrica demasiadas proteínas pequeñas (como mioglobina o cadenas ligeras de inmunoglobulinas), que terminan filtrándose en exceso a la orina
Cómo se detecta
La tira reactiva de orina es un método de cribado rápido y sencillo. Permite una estimación semicuantitativa:
1+ equivale a unos 30 mg/dL 2+ a 100 mg/dL 3+ a 300 mg/dL
Sin embargo, no siempre es precisa. Una orina muy diluida puede dar falsos negativos, y una orina muy concentrada, alcalina o contaminada con pus, secreciones vaginales o semen puede dar falsos positivos.
Por eso, se recomienda complementar con mediciones más confiables, como la relación proteína/creatinina o albúmina/creatinina, que eliminan el error causado por la variación en la concentración de la orina.
Un detalle importante
En niños y jóvenes, la tira reactiva no es suficiente para detectar proteinuria, ya que tiene menor capacidad para descartar la presencia de proteínas. En estos casos, se necesitan métodos más específicos.
La proteinuria en personas sanas
La prevalencia de proteinuria en personas sanas y sin enfermedades conocidas es baja, aunque no es inexistente. En estudios realizados en poblaciones ambulatorias generales, se ha encontrado que alrededor del 8% de los análisis de orina muestran presencia de proteínas, siendo la gran mayoría casos leves. Dentro de este grupo, la mayor parte corresponde a valores moderadamente elevados (clasificados como A2), mientras que los casos graves (A3) son poco frecuentes.
Es importante tener en cuenta que estos resultados incluyen a personas de la población general, en su mayoría sin enfermedades relevantes. Sin embargo, no siempre se logra excluir factores transitorios que pueden elevar las proteínas en la orina de manera temporal, como la fiebre, el ejercicio intenso o una infección reciente.
En contraste, en pacientes hospitalizados la presencia de proteinuria es mucho más común, llegando a observarse en hasta casi la mitad de los casos. Esto no significa que la proteinuria sea más frecuente en la población sana, sino que en el hospital influyen enfermedades agudas, tratamientos y múltiples comorbilidades que aumentan el riesgo de excreción anormal de proteínas en la orina.
Proteinuria persistente
Para establecer el diagnóstico, la literatura médica recomienda que al menos dos de tres muestras de orina, recolectadas en un periodo de 3 a 6 meses y separadas por al menos un mes, presenten valores elevados de proteinuria o albuminuria, preferentemente utilizando el cociente proteína/creatinina o albumina/creatinina en orina de primera mañana para minimizar la variabilidad biológica y evitar falsos positivos por dilución o concentración urinaria.
La presencia de proteínas en orina no siempre causa orina con espuma
La proteinuria no siempre causa orina espumosa. Aunque la presencia de proteínas en la orina puede reducir la tensión superficial y favorecer la formación de burbujas, lo que puede manifestarse como orina espumosa, este hallazgo no es específico ni universal en todos los casos de proteinuria. La orina espumosa puede deberse a múltiples factores, incluyendo el flujo urinario rápido, la concentración de solutos, la presencia de detergentes residuales en el inodoro y otras sustancias que alteran la tensión superficial, además de la proteinuria.[1]Por lo tanto, la ausencia de espuma no descarta proteinuria, y la presencia de orina espumosa tampoco confirma necesariamente su existencia. El diagnóstico de proteinuria debe basarse en pruebas objetivas de laboratorio, como el cociente proteína/creatinina o albumina/creatinina en orina, y no en la observación visual de la orina
Causa de proteinuria en personas sanas
En pacientes sanos, la proteinuria puede deberse a causas funcionales o benignas, que no implican daño renal subyacente ni progresión a enfermedad renal crónica. Las causas más frecuentes incluyen la proteinuria transitoria asociada a fiebre, ejercicio intenso, deshidratación, estrés emocional o enfermedades agudas; en estos casos, la proteinuria suele resolverse al eliminar el factor desencadenante.[1-3] Otra causa común en individuos sanos es la proteinuria ortostática (postural), en la que la excreción de proteínas aumenta en posición erguida y se normaliza en decúbito; este fenómeno es especialmente prevalente en adolescentes y adultos jóvenes, y se considera benigno.[2-3]
Además, la ingesta excesiva de líquidos puede inducir proteinuria reversible en personas sanas, probablemente por dilución y alteraciones en la dinámica tubular, como se ha documentado en estudios de intervención donde la restricción hídrica revierte el hallazgo. La variabilidad biológica y analítica también puede contribuir a resultados positivos transitorios en la medición de proteínas urinarias, por lo que se recomienda confirmar la proteinuria en ausencia de factores de riesgo para enfermedad renal crónica.
Por último, factores preanalíticos como la presencia de orina muy diluida o concentrada, contaminación con moco, semen o leucocitos, y hematuria macroscópica pueden generar resultados falsos positivos en tiras reactivas, lo que no representa proteinuria verdadera.
Debemos considere que, en pacientes sanos, la proteinuria suele ser transitoria, funcional o postural, y no tiene implicaciones patológicas si se confirma su naturaleza benigna y se descartan causas persistentes o patológicas.
Todo bien, ¿pero se ha evaluado la función renal en pacientes sanos?
La función renal en pacientes sanos ha sido evaluada exhaustivamente en estudios de cohorte de donantes renales vivos, quienes representan una población rigurosamente seleccionada y sometida a una batería de pruebas para descartar enfermedad renal subyacente. En estos estudios, la evaluación incluye medición de la tasa de filtración glomerular (GFR) mediante métodos precisos como la depuración de iotalamato, análisis de albuminuria en orina de 24 horas y estudios de imagen como tomografía computarizada renal y biopsia renal para cuantificar el número de nefronas y descartar arteriosclerosis o daño estructural. Los criterios de inclusión para considerarse “sano” en estos contextos requieren GFR normal para la edad, albuminuria <30 mg/24 h y ausencia de hipertensión significativa o comorbilidades relevantes.
En la literatura, estos estudios han demostrado que los donantes sanos presentan función renal preservada antes de la donación, con valores de GFR y albuminuria dentro de rangos fisiológicos, y sin evidencia de daño renal estructural relevante. Además, parámetros demográficos como edad y índice de masa corporal se correlacionan con la función renal, pero en ausencia de factores de riesgo, la función renal se mantiene estable. Por lo tanto, en pacientes sanos, la función renal se evalúa y confirma mediante pruebas cuantitativas y cualitativas, y la presencia de orina espumosa en este grupo no suele asociarse a alteraciones funcionales renales objetivables en los estudios mencionados
👉 En resumen: pequeñas cantidades de proteína en la orina son normales, pero la proteinuria persistente es una señal de alerta. No solo indica posible daño renal, sino que también aumenta el riesgo cardiovascular. Detectarla a tiempo permite intervenir y mejorar la evolución del paciente

La yapa: Pruebas mínimas necesarias
1. Uroanálisis completo con tira reactiva
2. UACR (muestra puntual de orina de la mañana)
3. Creatinina sérica + eGFR
4. Ecografía renal y vías urinarias
Este conjunto cubre el 95% de los escenarios clínicos: confirma si existe o no proteinuria, evalúa la función renal y muestra la estructura renal. Si todos los resultados son normales, el paciente puede sentirse seguro de que su función renal está adecuada.
Dr. Luis Susaníbar
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Urología Peruana Dr. Luis Susaníbar

