
¿Te mojas mucho? Conoce la preeyaculación copiosa
📞 Autores: Dr. Luis Susaníbar | Dr. Fernando Susaníbar
El líquido preseminal es una secreción clara, mucoide, producida por glándulas sexuales accesorias que se libera en la uretra durante la excitación sexual. Las principales estructuras responsables son las glándulas bulbouretrales (de Cowper), las glándulas de Littré y posiblemente las glándulas de Morgagni. Su volumen puede variar ampliamente, desde unas pocas gotas hasta más de 5 ml. Su función fisiológica es importante: neutraliza la acidez uretral residual y prepara el medio para el paso de los espermatozoides, asegurando la viabilidad del semen (Chughtai et al., 2005).
Se ha descrito ampliamente su composición química, su relación con enfermedades de transmisión sexual —incluido el VIH— y su impacto en métodos anticonceptivos como el coitus interruptus. Sin embargo, hay poca literatura que defina volúmenes normales o aborde el impacto clínico y emocional del exceso de este fluido.
Un caso presentado por el Dr. Jacob Rajfer en la revista Andrology reflejó esta preocupación:
“Un paciente de 40 años, sano, refiere una cantidad excesiva de preeyaculación, al punto de tener que usar protección durante citas íntimas. ¿Qué opinan?”

La Dra. Dana Ohl respondió con una experiencia clínica positiva utilizando finasterida, inhibidor de la 5-α-reductasa, respaldada por estudios que muestran que las glándulas de Cowper responden a la dihidrotestosterona (DHT). El tratamiento resultó en la resolución completa de los síntomas.
Del mismo modo, el Dr. Steven Kaplan describió mejoría con dutasterida en pacientes jóvenes con síntomas similares, incluso en ausencia de actividad sexual.
Desde la experiencia clínica en población latinoamericana, se ha observado con frecuencia este tipo de consulta en hombres jóvenes, generalmente solteros, que no mantienen relaciones sexuales regulares. Estos pacientes refieren la aparición de una secreción mucoide transparente durante la excitación, conocida como prosemen, que se origina principalmente en las glándulas de Cowper y en las glándulas submucosas de Littré. Es fundamental diferenciar este hallazgo de la prostatorrea, una secreción prostática excesiva que puede aparecer al orinar o defecar. Ambas condiciones son fisiológicas y no patológicas; no requieren tratamiento específico. No obstante, si el volumen genera incomodidad o vergüenza, se puede recomendar el uso de una toalla absorbente discreta como medida de manejo conservador.
A pesar de su tamaño reducido, estas glándulas desempeñan funciones esenciales: lubrican la uretra, mejoran el entorno químico para el esperma, participan en la coagulación seminal (Beil y Hart, 1973), y aportan glicoproteínas con propiedades inmunoprotectoras (Chughtai et al., 2005).
También se ha detectado expresión de PSA y fosfatasa ácida prostática en estas glándulas (Elgamal et al., 1994; Rui et al., 1986), lo que sugiere un rol potencial en la interpretación clínica del PSA.
Aunque clásicamente se ha sostenido que el líquido preseminal no contiene espermatozoides, algunos estudios (Zukerman et al., 2003) han demostrado lo contrario. Esto cuestiona la seguridad del coitus interruptus como método anticonceptivo. Otros investigadores lo refutan por supuestos errores en la recolección del fluido (Rogow y Sonya, 1995).
En conclusión, la preeyaculación copiosa, aunque poco reportada, puede provocar una notable angustia física, emocional y social. Basándose en la experiencia clínica y literatura disponible, se puede considerar el uso de inhibidores de la 5-α-reductasa como estrategia terapéutica en casos seleccionados.
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Urología Peruana Dr. Luis Susaníbar

