Hipospadias en adultos: síntomas, tratamiento y opciones quirúrgicas

La hipospadias es una condición congénita del pene donde la apertura de la uretra no se encuentra en su posición habitual, sino en la cara inferior del pene. Aunque suele diagnosticarse y tratarse en la infancia, muchos adultos llegan a la consulta por síntomas persistentes, complicaciones o secuelas de cirugías previas.

¿Qué es la hipospadias y cómo se presenta en adultos?

La hipospadias en adultos se caracteriza por la localización anómala del meato uretral, que puede encontrarse en posiciones más distales (cerca del glande) o proximales (hasta el escroto o periné). La presentación clínica varía dependiendo de la severidad del defecto y si hubo intervenciones quirúrgicas durante la niñez.

Manifestaciones frecuentes:

Chorro urinario en espray, débil o desviado
Disuria (dolor al orinar), urgencia y frecuencia urinaria
Fístulas uretrales (comunicación anormal de la uretra con la piel)
Infecciones urinarias recurrentes
Curvatura persistente del pene (chordee)
Deformidad estética del glande o pene atrapado
Disfunción eréctil o dificultades sexuales (hasta 24% de los casos)

En pacientes no operados previamente, la adaptación puede ser adecuada, aunque se reportan alteraciones en el chorro urinario o inflamación del glande (balanitis xerótica obliterante) en casos severos.

Tratamiento en adultos: ¿siempre es quirúrgico?

No todas las personas con hipospadias requieren cirugía en la edad adulta. El tratamiento se define según los síntomas, las expectativas del paciente y la complejidad anatómica.

Opciones terapéuticas:

Manejo conservador: indicado en casos asintomáticos o con buena función urinaria y sexual, especialmente en hipospadias distales.
Cirugía reconstructiva uretral: necesaria en presencia de estenosis, fístulas o curvatura severa. Puede realizarse en uno o dos tiempos, según el daño previo o la presencia de tejido cicatricial.
Corrección estética y funcional: para mejorar la apariencia del glande, liberar el pene atrapado o corregir la curvatura residual. Se prefieren técnicas en un solo tiempo cuando es posible.

Importancia del seguimiento a largo plazo

Las complicaciones pueden aparecer incluso décadas después de una cirugía infantil. Por eso, el seguimiento urológico es clave en pacientes con antecedentes de hipospadias, sobre todo en casos de localización proximal o múltiples procedimientos quirúrgicos.

¿Cuándo consultar?

Si hay molestias al orinar o cambios en el chorro
Si existe disconformidad con la apariencia genital
Ante dolor o dificultades durante la erección o el sexo

¿Tienes hipospadias o sospechas alguna complicación tardía? Agenda una consulta con un urólogo especializado en reconstrucción genital. Una evaluación adecuada puede mejorar tu calidad de vida.

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Urología Peruana Dr. Luis Susaníbar