La prostatitis es una de las enfermedades que con más frecuencia se atienden en los consultorios de urología, pero que curiosamente, se diagnostica inadecuadamente. Con este primer capítulo, iniciamos el tema: el mundo de la prostatitis.
Ambos, CBP y CP / CPPS, muestran heterogeneidad en términos de manifestaciones clínicas, que surgen de una variedad de posibles etiologías subyacentes.
Estos mecanismos etiológicos incluyen:
- Infección
- Alteración anatómica
- Alteración genética
- Problemas endocrinológicos
- Compromiso neuromuscular
- Aspectos inmunológicos
- Alteraciones psicológicas
Los cuatro principales síntomas de CBP y CP/CPPS son el dolor urogenital, los síntomas del tracto urinario inferior (STUI), los problemas psicológicos y la disfunción sexual.
La presentación más común de CBP es la infección recurrente del tracto urinario (ITU), mientras que el dolor es el síntoma predominante tanto de CBP como de CP/CPPS.
El dolor puede tener origen nociceptivo, esto en relación a un daño o noxa, como ejemplo aquel causado por disfunción física y / o inflamación. Sin embargo, la creciente evidencia sugiere que los síntomas de dolor en CP/CPPS pueden ser de naturaleza neuropática y son causados por la disfunción del sistema nervioso somatosensorial.
Si bien una proporción de los síntomas de dolor experimentados por pacientes con CP/CPPS puede derivar directamente de la próstata, se debe tener en cuenta que los síntomas de dolor a menudo son generados por otras estructuras dentro y fuera la pelvis, incluidos los músculos, los nervios y las estructuras óseas dentro de la pelvis, el abdomen y la columna vertebral.
El estudio del dolor en los casos de prostatitis crónica por lo tanto, no es sencillo y amerita pericia por parte del urólogo, y usualmente manejo interdisciplinario.