La faloplastia es un término mal empleado, un misname de la literatura anglosajona.
Una plastia implica modificar, rehacer, modelar o transformar un tejido u órgano, con el fin de devolverle su funcionalidad; la cual puede haber sido alterada como consecuencia de una alteración congénita, por un traumatismo o una enfermedad adquirida. Una plastia si bien mejora la apariencia, no tiene un fin meramente estético estético.
Un claro ejemplo de plastia es el procedimiento quirúrgico denominado pieloplastia utilizado para corregir la enfermedad congénita de estenosis de la unión pieloureteral. En esta enfermedad existe una alteración del nacimiento que produce la dilatación de la pelvis renal y de la parte proximal del uréter, este cambio congénito aumenta la chances de dolor e infección en el paciente. La cirugía le devuelve la anatomía y funcionalidad a la vía urinaria.
Por lo tanto una faloplastia implica realizar una modificación que busca mejorar la funcionalidad en el pene, por ejemplo en el caso de un traumatismo peniano por avulsión en el cual se pierde una parte o totalidad del miembro viril.
¿ENTONCES DE QUÉ ESTÁN HABLANDO?
Este término usualmente está relacionado en la mayoría de artículos en Internet tratando de explicar o simplificar el concepto de modificación corporal con fines estéticos del miembro masculino; y gira en torno a procedimientos y cirugías que buscan aumentar la longitud, la circunferencia o el volumen del mismo.
Existen diferentes métodos y técnicas para lograr ese objetivo, la mismas que deben ser adecuadamente aprehendidas en centros de entrenamiento, para posteriormente se reproducidas.
Antes de realizar cualquier procedimiento estético en el pene le recomendamos conversar ampliamente con el médico sobre la técnica y/o técnicas a emplear, la seguridad y eficacia de la mismas, y no sólo los resultados finales; no se vaya usted a llevar una sorpresa.
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