La cistitis folicular es una entidad de carácter inflamatorio, no neoplásico, caracterizado por cambios nodulares a nivel de la mucosa y submucosa vesicales cuyo estudio histológico permite el diagnóstico de la enfermedad. Es una enfermedad que se sospecha con la cistoscopia y se diagnostica con una biopsia de vejiga. La sospecha clínica es difícil pues la mayoría de las ocasiones se presenta como clínica de infecciones urinarias de repetición, sin que haya síntomas ni signos propios. Es de baja incidencia.

Se ve que predomina en el sexo femenino, con mayor presentación en la 5ª-6ª década de la vida, y se trata de una patología de incidencia excepcional. La etiología es desconocida, se supone que debe existir una irritación crónica y estímulos antigénicos en la vejiga para que aparezcan los folículos linfoides en respuesta a esta situación, ausentes en una vejiga normal.
Histológicamente se ve en los folículos linfoides un centro germinativo claro donde se hallan inmunoblastos y linfoblastos y una zona periférica, la llamada corona radiada o linfocitos del manto, como también se la conoce, donde abundan linfocitos maduros.
La irritación crónica producida por infecciones de repetición, cálculos , patología neoplásica o sondaje vesical prolongado; son la “explicación”.
Tratamiento
No hay un tratamiento estándar, usualmente el manejo es conservador y sintomatológico; pero puede incluso necesitar resecciones amplias hasta llegar a la cistectomía.
Fuente: Archivos españoles de urología