Una causa de dolor testicular es la torsión de apéndices gonadales, que equivale al retorcimiento de una pequeña porción de tejido vestigial de la gónada, lo cual además de ser muy doloroso puede confundir el diagnóstico del médico más experimentado, líneas abajo el Dr. Fernando Susaníbar ´nos comenta este interesante tema.
APÉNDICES VESTIGIALES
Los apéndices vestigiales del “testículo” son restos embrionarios del conducto de Müller o de Wolff. El apéndice del testículo se deriva de los principales tejidos femeninos de Muller, mientras que el apéndice del epidídimo deriva de los precursores masculinos de Wolff.
Existen cinco potenciales apéndices testiculares: (a) apéndice del testículo, (b) apéndice del epidídimo, (c) órgano paradidimario de Giraldes, (d) vas aberrans superiores de Haller y (e) vas aberrans inferior de Haller. Solo el apéndice testicular y el apéndice epidídimo se encuentran regularmente. Su única importancia es que también pueden experimentar torsión e imitar la torsión testicular. La torsión de los apéndices es la torsión más común en los niños prepúberes.
TORSION DE LA HIDATIDE DE MORGANI
El apéndice testicular, o hidátide de Morgani, es un vestigio anatómico del conducto de Müller. Esta estructura pendular se encuentra dentro de la túnica vaginal y surge de los polos superiores del testículo. Se encuentra en el 90% de los hombres, y bilateralmente en el 60%. Los otros apéndices con poca frecuencia se informan también como causa de dolor escrotal agudo.
Aproximadamente del 91% al 95% de los apéndices vestigiales torsionados involucran los apéndices del testículo. Los síntomas imitan los de la torsión testicular pero son insidiosos en el inicio y menos severos. A menudo hay un hidrocele del polo superior localizado asociado y una reacción inflamatoria en el epidídimo, que a menudo aumenta de tamaño. El apéndice infartado suele ser visible en el polo superior del testículo (signo del «punto azul») donde el tejido necrótico es visible a tras luz y palpable en hasta el 21% de los pacientes. Con frecuencia el testículo tiene leve sensibilidad a la palpación, y el reflejo cremastérico se mantiene intacto.
La evaluación ecográfica de la torsión de los apéndices del testículo generalmente revela una masa circular con ecogenicidad variable adyacente al testículo o epidídimo. Puede existir además un hidrocele reactivo que en muchos casos facilita la valoración pues el apéndice se puede ver dentro del líquido del hidrocele.
La ecografía doppler suele demostrar un aumento del flujo periférico alrededor del apéndice torsionado, con conservación del flujo normal en el testículo ipsilateral.
Si el diagnóstico es claro, el tratamiento consiste en reposo en cama con analgesia y antiinflamatorios no esteroideos. Generalmente el dolor cede espontáneamente a los 5 a 10 días.
En el caso de que existan dudas diagnósticas será necesario realizar una exploración quirúrgica para descartar torsión testicular. Una vez establecido el diagnóstico “in situ” solo será necesaria la extirpación del apéndice comprometido.